LA PAZ (Reuters) - El Gobierno de Bolivia dijo el domingo que la negativa de la oposición conservadora a adelantar las próximas elecciones generales demoraba la suscripción de un acuerdo para que el Congreso convoque a un referendo que busca cambiar la Constitución nacional.
La falta del acuerdo obligaba a mantener desde la madrugada del domingo en cuarto intermedio la sesión conjunta de senadores y diputados iniciada el sábado, en la que se debe votar la ley que habilitará la consulta sobre el nuevo texto constitucional indigenista-socialista impulsado por el presidente Evo Morales.
El ministro de Desarrollo Rural, Carlos Romero, dijo que una comisión multipartidaria había logrado acuerdo sobre todos los temas conflictivos de la nueva carta magna, pero que sectores opositores radicales rechazaron a último momento un plan para acortar el mandato de los legisladores.
"Este acuerdo que bien podríamos ya suscribirlo se ve entrabado simplemente por temas que no son precisamente estructurales, no definen el contenido del proyecto de Constitución", dijo Romero en conferencia de prensa en la noche del domingo en la sede del Congreso.
El funcionario, principal negociador gubernamental, hizo la declaración después de que el vicepresidente Alvaro García dijera que todavía pretendía reinstalar la sesión legislativa iniciada en la noche del sábado, antes de que llegue a La Paz el lunes una masiva marcha en demanda del referendo.
Romero señaló que la oposición había aceptado la inclusión de la reelección presidencial inmediata en el nuevo texto, pero con la condición de que Morales y el actual Congreso completen su mandato quinquenal hasta enero del 2011.
El Gobierno de Morales pretende anticipar a junio del 2009 las elecciones bajo la nueva Constitución, que garantizará el ingreso de representantes indígenas a las cámaras legislativas.
"No podemos aceptar que se apruebe el referendo sobre la Constitución a condición de diferir su aplicación", dijo Romero.
Agregó que los opositores estaban asumiendo "una decisión gremial que está subalternizando la aprobación de la Constitución, la pacificación definitiva del país y el reencuentro de los bolivianos".
El diputado centrista Alejandro Colanzi, del ala moderada de la oposición, confirmó a la televisión estatal que persistían discrepancias sobre las disposiciones transitorias de la nueva Constitución, entre ellas el adelanto de elecciones, pero aseguró que "la voluntad de diálogos se mantiene firme".
Obligado a negociar con la derecha para alcanzar los dos tercios de votos necesarios para convocar al referendo, el oficialismo aceptó introducir cambios de detalle en el nuevo texto y según medios locales esto derivó en retoques a un centenar de artículos, o casi la cuarta parte, del proyecto.
Entretanto, decenas de miles de campesinos y sindicalistas llegaron el domingo a las afueras de la ciudad de El Alto, vecina a La Paz, en la penúltima etapa de su marcha de 200 kilómetros en demanda del referendo constitucional.
"El Congreso, y en especial la derecha, será responsable de cualquier conflicto que provoque la no convocatoria al referendo", dijo Fidel Surco, uno de los líderes de la manifestación, quien llegó hasta las inmediaciones del Congreso.
La nueva Constitución, que dará más poder a los indígenas, establecerá autonomías y consolidará el control estatal sobre la economía, fue aprobada en diciembre del año pasado por una Asamblea Constituyente saboteada por la oposición.
Los cambios que se negocian en el Congreso "son numerosos pero no afectan al espíritu del proyecto", aseguró Romero.
El cambio constitucional es la principal promesa política de Morales, un aliado del venezolano Hugo Chávez que fue ratificado con más de dos tercios de votos en un referendo en agosto.
La falta del acuerdo obligaba a mantener desde la madrugada del domingo en cuarto intermedio la sesión conjunta de senadores y diputados iniciada el sábado, en la que se debe votar la ley que habilitará la consulta sobre el nuevo texto constitucional indigenista-socialista impulsado por el presidente Evo Morales.
El ministro de Desarrollo Rural, Carlos Romero, dijo que una comisión multipartidaria había logrado acuerdo sobre todos los temas conflictivos de la nueva carta magna, pero que sectores opositores radicales rechazaron a último momento un plan para acortar el mandato de los legisladores.
"Este acuerdo que bien podríamos ya suscribirlo se ve entrabado simplemente por temas que no son precisamente estructurales, no definen el contenido del proyecto de Constitución", dijo Romero en conferencia de prensa en la noche del domingo en la sede del Congreso.
El funcionario, principal negociador gubernamental, hizo la declaración después de que el vicepresidente Alvaro García dijera que todavía pretendía reinstalar la sesión legislativa iniciada en la noche del sábado, antes de que llegue a La Paz el lunes una masiva marcha en demanda del referendo.
Romero señaló que la oposición había aceptado la inclusión de la reelección presidencial inmediata en el nuevo texto, pero con la condición de que Morales y el actual Congreso completen su mandato quinquenal hasta enero del 2011.
El Gobierno de Morales pretende anticipar a junio del 2009 las elecciones bajo la nueva Constitución, que garantizará el ingreso de representantes indígenas a las cámaras legislativas.
"No podemos aceptar que se apruebe el referendo sobre la Constitución a condición de diferir su aplicación", dijo Romero.
Agregó que los opositores estaban asumiendo "una decisión gremial que está subalternizando la aprobación de la Constitución, la pacificación definitiva del país y el reencuentro de los bolivianos".
El diputado centrista Alejandro Colanzi, del ala moderada de la oposición, confirmó a la televisión estatal que persistían discrepancias sobre las disposiciones transitorias de la nueva Constitución, entre ellas el adelanto de elecciones, pero aseguró que "la voluntad de diálogos se mantiene firme".
Obligado a negociar con la derecha para alcanzar los dos tercios de votos necesarios para convocar al referendo, el oficialismo aceptó introducir cambios de detalle en el nuevo texto y según medios locales esto derivó en retoques a un centenar de artículos, o casi la cuarta parte, del proyecto.
Entretanto, decenas de miles de campesinos y sindicalistas llegaron el domingo a las afueras de la ciudad de El Alto, vecina a La Paz, en la penúltima etapa de su marcha de 200 kilómetros en demanda del referendo constitucional.
"El Congreso, y en especial la derecha, será responsable de cualquier conflicto que provoque la no convocatoria al referendo", dijo Fidel Surco, uno de los líderes de la manifestación, quien llegó hasta las inmediaciones del Congreso.
La nueva Constitución, que dará más poder a los indígenas, establecerá autonomías y consolidará el control estatal sobre la economía, fue aprobada en diciembre del año pasado por una Asamblea Constituyente saboteada por la oposición.
Los cambios que se negocian en el Congreso "son numerosos pero no afectan al espíritu del proyecto", aseguró Romero.
El cambio constitucional es la principal promesa política de Morales, un aliado del venezolano Hugo Chávez que fue ratificado con más de dos tercios de votos en un referendo en agosto.
