“A que no enterraron la toalla amarilla que no se pudo negociar en El Caguán, a que Tirofijo sí la dejó en herencia a Chávez para que tenga referencias olfativas y la ponga en el altar de sus devociones …” Lo dice hoy Marianella Salazar en su columna de “El Nacional”.
Esta es su columna:
Manuel Marulanda, el “guerrero invencible, líder invicto de mil batallas políticas y militares” debió morir con las botas puestas, como un mártir o héroe caído en combate, acribillado por la artillería pesada colombiana. Tirofijo debió saltar por los aires cuando el ejército lanzó centenares de granadas de mortero dirigidas a las guaridas donde se escondía, lamentablemente no fue así, como seguro lo pensó y deseó; tuvo que esperar su muerte, anunciada por una larga enfermedad, abrazado a su compañera, en su lecho y en pijama. Una imagen que no se compagina con la del revolucionario. Son curiosas las costumbres narcoterroristas en los campamentos colombo-ecuatorianos-venezolanos, nos imaginábamos que dormían con un ojo abierto, en trajes de combate y con las botas puestas.
El número dos de las FARC, alias Raúl Reyes y su grupo de guerrilleros murieron empijamados, a diferencia del Che, que también servía a la misma ideología sangrienta, pero lo hacía con las botas puestas. Ni Tirofijo ni Reyes serán mitos ni íconos, sus rostros para nada fotogénicos, no serán estampados en pósteres, ni franelas, ni en salvapantallas de computadoras, si acaso, la sudorienta toalla amarilla de Marulanda podría ser exhibida como reliquia en algún museo del horror y el mal olor. Los olores –como decía Orwell– son más vigorosos en la reproducción del conflicto social que las razones de clase, economía, raza, religión o política. A que no enterraron la toalla impregnada de hedores que no se pudo negociar en El Caguán, a que Tirofijo sí la dejó en herencia a Chávez para que tenga referencias olfativas y la ponga en el altar de sus devociones tan pestilentes.Tic tac
Poderes autónomos: la Fiscalía colombiana designará a un fiscal especial para sumariar el caso de las computadoras de Raúl Reyes y elevarlo a la Corte Penal Internacional.
Retrasos en Cadivi: no deciden sino casos menores por dos miembros del directorio de Cadivi que faltan a menudo. Uno está en Mercal buscando cuentos para justificar el desabastecimiento y el otro está abocado al asunto de las computadoras de Raúl Reyes.
Apagones: las continuas interrupciones eléctricas en Caracas son consecuencia del desmantelamiento de las cuatro plantas de autoarrancado diesel de Guarenas, que garantizaban suministro constante, sin bajones ni cortes por la sobrecarga que todo el tiempo tiene el sistema nacional. Pues el presidente Chávez le regaló tres de esas plantas a Daniel Ortega y la otra fue dañada al desmontarla.
Algo inviable: la Cantv pretende colocar filtros para almacenar todos los correos o paquetes de datos que contengan palabras como “Chávez”, “gobierno” o “golpe”. Cuando se implemente el almacenamiento de datos la lentitud será exasperante. Necesitan un ejército para revisar correos de todos los usuarios.
Disputa de responsabilidad: según fuentes del Metro, semanas atrás, la empresa contratista de las aceras en Chacao provocó un accidente en un tren que chocó contra una guaya de exploración. Creyeron que era un sabotaje, pero se demostró que los planos enviados por el Metro a la empresa estaban errados, se suponía que los túneles estaban 300 metros atrás. El Metro se niega a pagar la reparación, a pesar de que el túnel se puede fracturar más por las lluvias, con grave riesgo para los usuarios.
No pegan una: la Alcaldía de Baruta incrementó los tributos a la Federación Médica Venezolana –con sede en Las Mercedes–, que tiene carácter científico, gremial y sin fines de lucro. Desde marzo de 2006 esperan respuesta por un recurso jerárquico. El retardo del alcalde Capriles provocó el desmesurado aumento de impuestos…
tic tac
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