MHO presidirá el grupo
El GDA y Venezuela
El viernes 1º de abril, Miguel Henrique Otero, presidente-editor de El Nacional, fue designado presidente del Grupo de Diarios de América en la reunión anual celebrada esta semana en Puerto Rico. Se trata de una gran distinción tanto en el orden personal como representativo. Así lo entendemos y celebramos, además de ser la primera ocasión que tal responsabilidad recae en un venezolano.
En el GDA están asociados grandes periódicos de la región, y constituyen, cada uno en su país, factores fundamentales de información, cultura y desarrollo. Conviene advertir que en ellos trabajan alrededor de 3.000 periodistas y disponen de corresponsales en 25 países. Cuentan con una audiencia que excede los 5 millones de lectores diarios y 10 millones en las ediciones dominicales. En una palabra, el alcance del GDA no tiene paralelo en América Latina.
Contra el GDA se han enfrentado las dictaduras y los gobiernos militares de Latinoamérica en diferentes etapas. Ahora la libertad de expresión es objeto nuevamente de una campaña sistemática por parte de gobiernos militares o civiles como los de Venezuela y Argentina.
En momentos en que el presidente de Venezuela visitaba Buenos Aires, los diarios Clarín y La Nación fueron saboteados por sindicatos oficialistas. La presidenta Cristina Kirchner heredó la política discriminatoria ejecutada por su esposo. Sus pretensiones de eternizarse en el poder chocan contra la opinión pública.
El escrutinio de los medios independientes a su Gobierno molesta profundamente a la Presidenta.
No sólo en Argentina y Venezuela están los medios independientes sometidos a una guerra sin cuartel. También en Ecuador y Bolivia. Son países que se alinean y constituyen alianzas como la ALBA. La historia demuestra que los gobiernos pasan, así sean los más totalitarios y radicales, pero los periódicos sobreviven a sus asechos, a sus represiones y a sus políticas de discriminación.
Si a los diarios del GDA les buscamos un denominador común, quizás el más resaltante sea su pluralidad. En las páginas de cada uno de ellos, -como es visible en las de El Nacional-, tienen acogida columnistas y colaboradores de las más diversas tendencias ideológicas. De ahí su fuerza, de ahí su representatividad, de ahí su perdurabilidad en el tiempo.
Algo más identifica al GDA. En esta era de la información, los diarios, sus periodistas y sus técnicos, están a la vanguardia en la exploración de las nuevas tecnologías. De modo que no sólo comprenden los grandes desafíos planteados a los medios tradicionales, sino que asumen los cambios como la señal de su contemporaneidad. El grupo, por otra parte, comparte entre sí experiencias y avances. En no pocas ocasiones lleva a cabo investigaciones conjuntas de grandes problemas regionales.
Para quienes trabajamos en El Nacional es motivo de complacencia la designación de nuestro presidente-editor como presidente del GDA.
En el GDA están asociados grandes periódicos de la región, y constituyen, cada uno en su país, factores fundamentales de información, cultura y desarrollo. Conviene advertir que en ellos trabajan alrededor de 3.000 periodistas y disponen de corresponsales en 25 países. Cuentan con una audiencia que excede los 5 millones de lectores diarios y 10 millones en las ediciones dominicales. En una palabra, el alcance del GDA no tiene paralelo en América Latina.
Contra el GDA se han enfrentado las dictaduras y los gobiernos militares de Latinoamérica en diferentes etapas. Ahora la libertad de expresión es objeto nuevamente de una campaña sistemática por parte de gobiernos militares o civiles como los de Venezuela y Argentina.
En momentos en que el presidente de Venezuela visitaba Buenos Aires, los diarios Clarín y La Nación fueron saboteados por sindicatos oficialistas. La presidenta Cristina Kirchner heredó la política discriminatoria ejecutada por su esposo. Sus pretensiones de eternizarse en el poder chocan contra la opinión pública.
El escrutinio de los medios independientes a su Gobierno molesta profundamente a la Presidenta.
No sólo en Argentina y Venezuela están los medios independientes sometidos a una guerra sin cuartel. También en Ecuador y Bolivia. Son países que se alinean y constituyen alianzas como la ALBA. La historia demuestra que los gobiernos pasan, así sean los más totalitarios y radicales, pero los periódicos sobreviven a sus asechos, a sus represiones y a sus políticas de discriminación.
Si a los diarios del GDA les buscamos un denominador común, quizás el más resaltante sea su pluralidad. En las páginas de cada uno de ellos, -como es visible en las de El Nacional-, tienen acogida columnistas y colaboradores de las más diversas tendencias ideológicas. De ahí su fuerza, de ahí su representatividad, de ahí su perdurabilidad en el tiempo.
Algo más identifica al GDA. En esta era de la información, los diarios, sus periodistas y sus técnicos, están a la vanguardia en la exploración de las nuevas tecnologías. De modo que no sólo comprenden los grandes desafíos planteados a los medios tradicionales, sino que asumen los cambios como la señal de su contemporaneidad. El grupo, por otra parte, comparte entre sí experiencias y avances. En no pocas ocasiones lleva a cabo investigaciones conjuntas de grandes problemas regionales.
Para quienes trabajamos en El Nacional es motivo de complacencia la designación de nuestro presidente-editor como presidente del GDA.
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