WASHINGTON (Reuters) - La violencia contra defensores de derechos humanos y mujeres sigue siendo un grave problema en América Latina, dijo el miércoles Amnistía Internacional en su informe anual, en el que destacó abusos en países como Brasil, México y Venezuela.
Guadalupe Marengo, directora adjunta del programa para las Américas del organismo internacional con sede en Londres, resaltó que el ataque a activistas se evidencia con más fuerza en algunas naciones, aunque es un problema generalizado en la región y amerita la atención y acción de los gobiernos.
"Continúa el ataque a defensores de derechos humanos en América Latina, en casi todas las entradas," dijo Marengo a Reuters por teléfono.
El tema gana especial atención este año, en el que se conmemoran los 60 años de la declaración de los derechos humanos de Naciones Unidas (ONU), señaló la experta.
"Los líderes de la región deberían reconocer que ha habido fallas y tomar las medidas necesarias," agregó.
En Ecuador y Perú, por ejemplo, defensores del medio ambiente que han denunciado abusos por parte de empresas mineras han enfrentado hostigamientos, indicó.
En Colombia, aunque Amnistía destacó que ha disminuido la violencia, siguen los secuestros y actos violentos ocurridos en medio del conflicto armado entre la guerrilla izquierdista, escuadrones paramilitares y fuerzas del Gobierno.
Amnistía también expresó preocupación por abusos cometidos por militares en el combate al narcotráfico en México, porque son juzgados en cortes marciales y no civiles.
Pese a una fuerte campaña antidrogas del Gobierno mexicano, la cruenta lucha entre narcotraficantes ha dejado más de 1,400 muertos en lo que va de año en el país.
Los abusos se han dado en operaciones policíacas, como en la que soldados acribillaron a dos mujeres y a tres niños en un retén como parte de una operación antidrogas el año pasado. Además, en el estado de Michoacán, cuatro jovencitas fueron violadas por soldados hace un año, destacó el organismo.
INSEGURIDAD
Marengo indicó que las mujeres están vulnerables a la violencia en todo el continente, incluyendo en Estados Unidos, donde los abusos afectan en pleno a las de origen indígena.
"La violencia contra las mujeres sigue siendo sistemática en la región," dijo a Reuters por teléfono. "Hay nuevas legislaciones en México y Venezuela, pero faltan recursos y voluntad política para que se cumplan," agregó.
A los abusos contra los activistas y las mujeres se suma la inseguridad pública debido a la delincuencia, que afecta a poblaciones en toda la región.
La violencia es preocupante, por ejemplo, en Brasil, donde los sectores más pobres la población en las metrópolis y las más de 600 favelas de Río de Janeiro son "aterrorizados" por bandas delictivas y por las fuerzas de seguridad del Gobierno, que utilizan "métodos violentos y discriminatorios," destacó.
"Las fuerzas de seguridad están para protegernos, no para aterrorizarnos," afirmó la representante de Amnistía.
El Gobierno de Río de Janeiro rechazó que exista una "política de confrontación" en el Estado y dijo que se están discutiendo propuestas para mejoras en los cuerpos policiales.
Mientras que en el campo, Amnistía destacó en su informe que las condiciones de "trabajo forzado" alcanzan plantaciones de caña de azúcar y usinas de etanol, biocombustible defendido con ardor por el Gobierno brasileño.
A Amnistía le preocupa además el aumento en homicidios con armas de fuego en Venezuela, que se elevó en 850 casos el año pasado hasta 9.568 asesinatos pese a que el país mantiene una ley para el control de armas, dijo en el informe.
En cuanto a Cuba, observó que en la isla de gobierno comunista se continúa encarcelando y acosando a opositores, aunque reconoció la disposición de sus autoridades de firmar tratados internacionales de derechos humanos. El grupo calcula que a fin del 2007 había 62 presos de conciencia -encarcelados por expresar pacíficamente sus ideas-, frente a 69 en el 2006.
Respecto a Chile, Amnistía considera que se sigue protegiendo a los involucrados en asesinatos y torturas de opositores durante la dictadura del general Augusto Pinochet, entre 1973 y 1990. Algunos de los señalados ocupan cargos activos en el Gobierno y obstaculizan los esfuerzos para castigar a los responsables por los atropellos, agregó.
Adicionalmente, Amnistía destacó que Estados Unidos, como país más influyente de la región, debería ser un ejemplo para los demás en temas de derechos humanos, pero falla porque mantiene a presos sin acceso a la justicia en Guantánamo, al no firmar tratados internacionales contra la tortura y además permitir su uso para sacar información a los detenidos.
"Un país como Estados Unidos debería ser un ejemplo en derechos humanos para la región," afirmó Marengo.
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