'No vamos a descansar en su búsqueda', dijo el alcalde mayor, Samuel Moreno Rojas. La Policía subió la recompensa a 20 millones de pesos por información que permita su liberación.
Cuatro hombres armados con pistolas y revólveres entraron violentamente a un edificio del norte de Bogotá y secuestraron al niño de tan solo 22 meses de nacido.
Mientras la Policía Metropolitana desplegó un intenso operativo -que abarcó aeropuerto, terminal y entradas y salidas de la ciudad- las autoridades trataban de establecer si detrás del plagio había razones económicas, venganzas o líos pasionales.
El padre del menor, cuyo nombre no ha sido revelado, desmintió que detrás del hecho existiera una venganza contra la madre del pequeño, quien convive con un comerciante de nacionalidad china.
Los investigadores de la Policía estudian otra hipótesis, que tiene que ver con un secuestro extorsivo. Ahora se trata de establecer quiénes estarían detrás del mismo y si algunos de ellos son allegados a algunas de las partes.
Desde que se conoció la noticia también se habló de un panfleto de las Farc hallado en el lugar de las hechos, pero la Policía descartó que ese grupo haya cometido el secuestro.
El secuestro se registró a las 11:30 de la mañana en una unidad residencial de la carrera 15 con calle 80. Los secuestradores, según el reporte de las autoridades, lograron ingresar hasta el apartamento 502, luego de amordazar al vigilante y a la empleada.
Los hombres plagiaron al menor y huyeron rumbo al norte de la ciudad en un taxi marca Daewoo cielo, de placas SIG 597, posiblemente duplicadas porque no corresponden a ese vehículo. Los secuestradores engañaron a los vigilantes con una supuesta entrega de flores.
Sus padres estaban separados
De inmediato, las autoridades desplegaron un intenso operativo y, con la autorización de los familiares, dieron a conocer una fotografía del menor.
Además, los uniformados encontraron en Suba, en el noroccidente de Bogotá, un vehículo con las mismas placas del taxi donde huyeron los secuestradores, pero con diferentes características.
El carro fue hallado en la calle 116 con avenida 19, en el barrio Santa Bárbara. Esto confirma que los delincuentes usaron placas falsas para cometer el secuestro.
Por ahora se sabe que el bebé vivía con la mamá, que se había separado del padre -un comerciante de lácteos- hace un año.
Al momento del secuestro, en el apartamento se encontraba la empleada doméstica y la niñera del pequeño.
Ella contó que preparaba el almuerzo cuando tocaron el timbre. Tan pronto abrió la puerta los hombres la empujaron y le gritaron que no los mirara.
Pistas de los secuestradores
Cuando bajaban por las escaleras con el menor entre los brazos, un obrero que estaba haciendo reparaciones en el edificio se les interpuso a los secuestradores y les dijo que soltaran al pequeño. Pero no surtió efecto.
Ya en la entrada del edificio, los secuestradores gritaron a los presentes que no los miraran y amenazaron a todos con asesinarlos.
Los padres del niño fueron avisados y llegaron al apartamento pasadas las 11:30 de la mañana. En el lugar se hicieron presentes agentes del cuerpo especial antisecuestro del Gaula de la Policía, quienes entrevistaron a los testigos para levantar los retratos hablados de los hombres.
Las primeras informaciones apuntan a que se trata de dos hombres jóvenes de aproximadamente 20 años y estatura media, y un hombre de unos 40 años.
Los uniformados también tomaron las huellas en la puerta y el apartamento.
Si usted tiene información al respecto, llame a las líneas 123, 165 (del Gaula de la Policía), y a la línea 01 8000 91 8080, del Icbf.Ana Carolina Zapata O., redactora de EL TIEMPO ZONA; y Edwin González, de Citynoticias.
Van 4 secuestros de menores
En un informe que publica hoy EL TIEMPO ZONA del sector de Usaquén, se revela que en lo que va corrido del 2008 se han reportado cuatro casos de secuestro extorsivo de menores en Bogotá, uno menos que la estadística a septiembre de 2007, según fuentes oficiales.
Dos plagios ocurrieron en el barrio Santa Bárbara, en el norte, y lo otros fueron denunciados en Santa Lucía, en el sur.
El estrato social y la poca vigilancia privada hacen de Santa Bárbara un lugar conveniente para los delincuentes. "Como no son conjuntos cerrados la seguridad no es la misma. Además es un sector con varias vías para escapar después de realizar el ilícito", aseguró una fuente policial.
Según País Libre, el 47 por ciento de los secuestros a menores en Colombia tienen como autores a miembros de la delincuencia común.
Entre enero y septiembre del 2007, 60 niños fueron secuestrados en el país. 23,3 por ciento de los casos corresponden a menores entre los 0 y 5 años.
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